En el año 1986 durante el gobierno del presidente Virgilio barco se empezaron a hacer acercamientos de paz con aquel grupo que sin escrúpulos se tomó el palacio de justicia a plena luz del día hacía tan solo unos meses atrás. La noticia se difundió rápidamente y cuando llegó a los oídos de Carlos este sintió como si una espada de gran tamaño atravesara su corazón, jamás había percibido una traición más grande en toda su vida. Aquel Estado el cual defendía y daba la vida día a día, pretendía sentarse en una mesa de negociación con los bandidos y cederles la victoria en bandeja de plata, permitiéndoles hacer parte de la vida de la legalidad y dejando impunes todos los delitos cometidos. Carlos lloró por más de 2 horas en su cuarto, no había consuelo para lo que sentía en ese momento. En medio de todos los pensamientos que rondaban en su cabeza durante ese momento llegó uno muy importante; ¿Cómo habría tomado Isaías esta noticia? En menos de 5 minutos esa duda le estaba carcomiendo su cabeza y no pudo evitar salir en búsqueda de su amigo.
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