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2 días después de tal suceso Isaías quedó con Carlos de encontrarse en el mismo bar de Ayapel donde había llevado a cabo la conversación con los jefes. Después de unos tragos y unas risas Isaías decidió que había llegado el momento de comunicarle lo que iba a suceder en las autodefensas, como fue de esperarse Carlos respondió de manera negativa, no lo podía creer, a diferencia de Isaías a este si le había importado. Este hecho traicionaba todo por lo que él había luchado durante todo ese tiempo en las autodefensas. Acababa con el ideal por la cual se había unido a esos grupos. De manera muy indignada se paró de la mesa y salió caminando del bar, antes de cruzar la puerta se detuvo, dio media vuelta y dijo: - No entiendo como usted, que ya me conoce, tiene el descaro de venir a proponer eso, por el bien de todos espero que usted tampoco este de acuerdo. Hablamos mañana, lo quiero. – Isaías se levantó rápidamente y lo detuvo argumentando que era simplemente lo que los jefes habían comunicado, que tomara asiento nuevamente y no se preocupara, al igual que él, tampoco estaba de acuerdo con que lo que se iba a hacer, era una completa traición a los ideales de ambos.


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