A él poco le importaba lo que hicieran en ese aspecto mientras no tuviera que cesar el fuego con su tropa y así se lo manifestó a los jefes. Esto causó tranquilidad, pero el real problema iba a ser Carlos, quien, a diferencia de Isaías, quizás no iba a recibir bien el comunicado. Por lo tanto, la orden fue clara y contundente, en caso de una negativa, sería Isaías quien tendría que encargarse de dar de baja a su amigo con el fin de evitar un verdadero problema al interior de la fuerza, era un cabo muy complicado para dejarlo suelto. El muchacho no podía creer lo que le estaban pidiendo, tenía que asesinar a su hermano, con quien creció y prácticamente se crió. Era una situación que lo dejaba entre la espada y la pared, pero lo tenía que afrontar sino quería correr con la misma suerte de Carlos. Sin efectuar quejas ni reclamos, Isaías solicitó únicamente que le dieran por lo menos 2 semanas en caso de que su amigo tomara la negativa y tuviera que asesinarlo. Sin inconveniente alguno los jefes aceptaron y sin más que decir, todos se pararon de la mesa y se dirigieron nuevamente a sus campamentos.
Comentarios
Publicar un comentario