La mañana del 10 de julio de 1995 a eso de las 5 am entro un mensaje por el radioteléfono de Carlos en el cual un miembro del anillo de seguridad del campamento informaba que a escasos 15 km de la zona se percibía la presencia de grupo paramilitares que no hacían parte de los bloques de ellos, inmediatamente se dedujo que el ataque por parte de la cúpula era inminente. Esa leve presencia que habían notado de paramilitares se desencadenó en la presencia de más de 6000 hombres dispuestos a acabar con la disidencia. Los doblaban en número, en armamento y en capacidad bélica, sin embargo, el espíritu combatiente de estos bloques los llevó a combatir hasta el final. Pero la madre muerte, que durante tantos días los espero, finalmente los tuvo entre sus brazos para no dejarlos ir jamás.
Volver al momento interactivo # 3
Comentarios
Publicar un comentario